Que por fin los Reyes Magos me traen un tragabolas, ¿por qué
no jugaré más con ellos?
Que puedo ponerme un gato de ducha por la calle sin sentirme
acomplejada, rara o loca.
Que puedo hacer muchísimas labores y manualidades, y tareas
creativas, y sentirme realizada.
Que me río mucho más cuando estoy con ellos, que sin ellos.
Que me encanta que me den un beso, un abrazo, un abrazibeso,
una caricia; que jueguen a peinarme sentados sobre mi espalda.
Que eHijo me reclame “Mamá, ¡ven!” cuando se despierta en el
campo.
Que siempre haya chocolate escondido en algún sitio de la
casa.
Que puedo hacer puzles, jugar con trenes de madera, tener
peluches bonitos, juguetes divertidos… y no digo que son míos.
Que tengo con quien hablar en el coche.
Que tengo con quien hablar en el autobús.
Que tengo con quien hablar en mi casa.
Que tengo con quien hablar en mis sueños.
Que me siento realizada cuando, a pesar de mi genio y poca
paciencia, eBichita me pide que la bañe, que le eche cremitas, que la peine…
Que eBebote me pida teta.
Y que justo antes note una manita en la espalda y una
vocecita me diga “Hola Mamá…¿Qué tal? ¡Tetaaaaa!”
Que puedo escuchar frases divertidas de niños muy pequeños
que hablan como muy mayores.
Que puedo ver bailar como un péndulo a mi niño de dos años.
Que, cuando me siento triste y poco valiosa como hoy,
siempre hay alguien que aparece con una sonrisa para alegrarme el día.
Que todo el mundo piensa que soy una heroína, aunque yo sepa
que el verdadero héroe es ePapá y no yo.
Que he descubierto Bricomanía y lo vemos juntos.
Que jugamos al escondite con los edredones del sofá a la
hora de la siesta.
Que hablo de manera infantil y no importa nada.
Que al fin tengo un tema de conversación con otra gente, que
no sea de trabajo, y en el que de verdad soy experta.
Que he conocido y puedo conocer a muchas madres, padres,
profes y personas increíbles. Aunque de momento conozca a pocas.
Que gracias al colegio, puedo cantar, que me encanta.
Que me siento necesaria, importante, poderosa, valiosa. Que
me siento querida, valorada. Que tengo una gran responsabilidad.
Que tengo una nueva oportunidad de ser mejor madre cada día,
todos los días.
Que siento un amor incondicional, de ida y vuelta.
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